domingo, 20 de mayo de 2007


No tiene que tener un inicio, ni un cierre. No, no necesita nada. Todo es totalmente válido, no hay medida. Yo soy la medida, sólo y siempre en primera persona. Tú no existes. Soy yo quien te ve y por eso estoy condenado a nunca poder ver mis ojos. He aquí lo que descubrí intentando verlos, los míos, sólo pudiendo ver los tuyos. Primero estoy yo, porque estoy en mi, por eso lo han llamado primera persona. Le digo, le dijiste, primera persona. Segundo estás tú porque eres el segundo más cerca de mi, eres la segunda persona. Y la tercera es: él, ella. ¿ves que la tercera ya la podemos caracterizar más?, porque es la tercera. será para ella que creé los adjetivos y sustantivos.
Yo todos los que me pongo ninguno me sirve y ponertelos a ti es ponermelos a mi, por eso mejor digo de él, de ella, de elllos, de ellas. Que si tú juzgas o yo te estás condenando, pero yo no te juzgo a ti, es mejor al otro, me es más fácil. Un animal rastrero que camina y escribe a la vez firma esto

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